Ante el 1º de mayo: contra el oportunismo, el revisionismo y por el triunfo de la Revolución socialista en el Estado español

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Este 1 de mayo se cumplen 127 años desde que los mártires de Chicago, los obreros ejecutados por el Estado burgués como consecuencia de sus luchas en pos de mejoras laborales, sucumbieran en su lucha de resistencia contra la clase explotadora. Tanto en el Estado español como en el resto de países imperialistas, la burguesía se prepara para contemplar, todavía durmiendo a pierna suelta por la falta de referente revolucionario que amenace su orden criminal, cómo los diferentes desfiles -cada vez menos numerosos, como no podía ser de otra manera- de la aristocracia obrera y sus palmeros se pasean por las calles de las ciudades y pueblos de la dictadura del capital en España.

Hace pocos días hemos podido conocer los datos de la EPA en relación a la tasa de paro del Estado español. La losa del desempleo galopante que golpea al proletariado de este país se suma a una realidad ya de por sí insoportable que sufren las masas explotadas en el Estado español: los desahucios, la precariedad sistemática, la sobreexplotación creciente, la pobreza extrema, la imposibilidad para acceder a servicios básicos, los brutales recortes en sanidad, educación, jubilaciones, prestaciones por desempleo o para personas dependientes, etc. Todo este auténtico genocidio social y económico contra nuestra clase, al contrario de lo que vociferan todos aquellos oportunistas de la «izquierda del sistema» que se pasean por las tertulias de televisión, es consecuencia directa del funcionamiento intrínseco del sistema de explotación capitalista, y no de determinados Gobiernos o políticas implementadas por estos; tampoco tiene en absoluto que ver con las directrices emanadas de la UE o el FMI, pues, en la actual fase de máxima decadencia del imperialismo, todas las políticas de los Estados burgueses terminan sucumbiendo a los dictados del sector de la clase dominante más poderoso, el capital monopolista (los grandes bancos y grupos de inversión, los grupos industriales más poderosos e internacionalizados, etc.).

Por otro lado, la profunda crisis actual está directamente relacionada con las propias leyes generales de la acumulación capitalista, que provocan que, de forma periódica y de manera cada vez más grave para los intereses de las masas trabajadoras, estallen crisis como consecuencia de un modo de producción organizado para satisfacer los intereses de una ínfima minoría, de la oligarquía financiera y sus distintos aliados. No hay capitalismo mejor gestionado y capitalismo peor gestionado: el capitalismo es solo uno, y su naturaleza no puede ser otra que explotación, miseria, violencia contra los oprimidos, decadencia y un largo etcétera. No hay posibilidad alguna hoy -como no la había hace 100 años- de reformar un sistema caduco y reaccionario. Por tanto, los proletarios más avanzados tenemos que entender que la única salida posible pasa por destruir este sistema para erigir sobre sus cenizas el nuevo poder de las masas explotadas, la dictadura revolucionaria del proletariado, como fase previa e imprescindible para construir a escala mundial el comunismo, la sociedad sin clases y sin opresión.

Un año más, los oportunistas y los revisionistas llaman a los explotados a sacarle las castañas del fuego a la burguesía. Los primeros nos instan a que luchemos, dentro del estrecho marco de este sistema de dominación y de su régimen político reaccionario, por una «salida social a la crisis», engañando al proletariado con cantos de sirena sobre la posibilidad de utilizar al Estado burgués para cambiar las cosas, ocultando el carácter de clase de toda democracia y mintiendo deliberadamente sobre la única posibilidad de acabar con la democracia burguesa (dictadura contra la mayoría explotada): la democracia obrera, que no puede ser otra cosa que democracia para la inmensa mayoría de la población y dictadura contra la oligarquía financiera y los explotadores en su conjunto. Ni la lucha por unos derechos que no se sustrae al marco de este modo de producción decadente, ni la defensa de unos «servicios públicos» que son en el fondo la defensa del Estado democrático-burgués, ni una falsa oposición entre «el Estado» y «los mercados» (¡como si el Estado no fuera otra cosa, en última instancia, que el cuerpo armado para la defensa de los intereses de esos «mercados», es decir, fundamentalmente el gran capital!), van a conseguir que la verdadera transformación se produzca.

Los segundos, esos revisionistas que en el Estado español abanderan el marxismo-leninismo pero que, en el fondo, no hacen más que vender al proletariado sus ilusiones economicistas, volverán este 1º de mayo a instarnos a que hagamos de furgón de cola «combativo» de los desfiles que protagonizarán las burocracias sindicales al servicio de la aristocracia obrera, fracción de la clase dominante que está perdiendo un poder considerable en los últimos años por la crisis y por las necesidades de reorganizar los mecanismos de acumulación de capital por parte de la burguesía.

Pero nosotros tenemos muy claro que la única salida a la actual debacle que viven el proletariado y el conjunto de los oprimidos pasa, en primer lugar, por romper política e ideológicamente con las diferentes posiciones oportunistas y revisionistas que dominan en los elementos más avanzados de nuestra clase, consiguiendo así la independencia ideológica de la misma, entendida esta como primer eslabón para la construcción de todo movimiento revolucionario. Esta es la labor práctica prioritaria hoy, y no ese seguidismo economicista que ata de pies y manos a los proletarios y que les impide, de hecho, destruir el orden criminal del capitalismo.

Ninguna experiencia revolucionaria triunfante (como la soviética, la china o la albanesa) ha podido materializarse siguiendo la lógica falaz y simplista de «ir a las masas» a venderles la moto -como si estas entendieran la necesidad del comunismo por el efecto de la simple propaganda y la agitación-, o pretendiendo que hay una línea de continuidad entre las luchas sindicales y la lucha revolucionaria. Todo esto es radicalmente falso, pues el grueso de los explotados solo entenderá la necesidad de la Revolución cuando pueda probar por sí mismo lo necesario, útil y posible de constituir órganos de nuevo poder, los cuales serán la expresión genuina de ese cuerpo social superior que es el Partido Comunista, la organización que convierte en un robusto puño a la clase obrera más combativa y a los revolucionarios. Asimismo, la conciencia revolucionaria deberá emerger necesariamente fuera de las luchas sindicales, pues así nos lo demuestra nuestra propia historia.

En este 1º de mayo se trata, nuevamente, de que los comunistas sepamos estar a la altura de las circunstancias históricas, denunciando de forma científica el modelo de sociedad explotadora y opresiva que sufrimos todos los explotados y, sobre todo, haciendo un especial hincapié en combatir tanto al reformismo como al revisionismo, pues estos son dos piedras en el camino de la emancipación de los trabajadores. Por último, tenemos que aprovechar este día para volver a desenmascarar a CCOO y UGT, así como a todos aquellos sindicatos que tienen como único propósito la defensa de sus intereses como fracción de la clase burguesa. Los Toxo y Méndez son tan enemigos de clase de los obreros como los Botín y Alierta.

¡A denunciar y combatir sin tregua al oportunismo y al revisionismo, hasta la reconstitución del Partido Comunista del Estado español!

¡A luchar por la hegemonía del marxismo-leninismo en el seno de la vanguardia revolucionaria!

¡A preparar las condiciones ideológicas y políticas para la reconstitución del movimiento comunista y por el triunfo de la Revolución socialista!

¡Comunismo o barbarie!

Revolución o Barbarie

revolucionobarbarie@gmail.com

2 comentarios en “Ante el 1º de mayo: contra el oportunismo, el revisionismo y por el triunfo de la Revolución socialista en el Estado español

  1. Muy, muy buen artículo, de veras. Esta es la línea a seguir. Afortunadamente, cada vez somos más los que nos vamos dando cuenta de que esas otrora válidas lentes del Ciclo de Octubre hoy nos impiden ver la realidad como se debe. Bien es cierto que lo viejo (formaciones políticas provenientes en forma y fondo del antiguo ciclo) tardará en morir, pero muchos vamos viendo que algo va naciendo. Muy poco a poco, con mucho sudor y pelea, pero va naciendo.
    Muchas gracias y felicidades por la propaganda de este 1 de mayo.

    • Nos alegra de que te haya gustado.
      Como bien dices, es necesario que determinadas concepciones que dominaron durante el Ciclo de Octubre y que acabaron por destruir el movimiento revolucionario, vayan siendo superadas entre la vanguardia. No obstante, creemos que aunque se esté yendo en correcta dirección, el movimiento revolucionario es aún muy embrionario y por lo tanto queda mucho trabajo propagandístico por hacer, por lo que se requiere más impulso en esta tarea.
      ¡Saludos revolucionarios!

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